Infecciones vaginales repetitivas: Claves para su tratamiento

Las infecciones vaginales son un problema de salud frecuente que afecta a mujeres de todas las edades. Pueden generar incomodidad, afectar la autoestima y, en muchos casos, frustración por los tratamientos que solo atacan los síntomas sin resolver el problema de raíz.

Desde una perspectiva holística, es crucial abordar estas infecciones desde la base, entendiendo sus causas, los desequilibrios en el organismo que las favorecen y cómo prevenir las recaídas.

Tipos de infecciones vaginales más comunes

Existen diferentes tipos de infecciones vaginales, cada una con características y causas particulares. A continuación, exploramos las más frecuentes:

1. Vaginosis bacteriana

Es la infección vaginal más común en mujeres en edad fértil. Se produce por un desequilibrio en la flora vaginal, permitiendo el sobrecrecimiento de bacterias dañinas como Gardnerella vaginalis, Streptococcus agalactiae o Escherichia Coli.

Síntomas principales:

• Flujo vaginal blanco o grisáceo con olor fuerte, similar al pescado.
• Irritación leve en la zona vaginal.
• Ausencia de inflamación notable.
  
  

2. Candidiasis vaginal

Causada por el hongo Candida albicans, este tipo de infección ocurre cuando el equilibrio natural de la flora vaginal se ve alterado, favoreciendo el crecimiento excesivo de este microorganismo.

Síntomas principales:

• Picazón intensa y ardor.
• Enrojecimiento e inflamación de la vulva.
• Flujo vaginal espeso y blanquecino.

¿Por qué vuelven las infecciones vaginales?

Muchas mujeres sufren infecciones vaginales recurrentes. Las causas de estas recurrencias son múltiples:

• Uso frecuente de antibióticos: Aunque son útiles para tratar infecciones, los antibióticos pueden destruir las bacterias beneficiosas de la flora vaginal, dejando espacio para el sobrecrecimiento de patógenos. También algunas de las bacterias tratadas acaban creando resistencia a estos antibióticos.
• Desequilibrios hormonales: Cambios hormonales durante el embarazo, la menstruación o el uso de anticonceptivos pueden alterar el pH vaginal, favoreciendo el crecimiento de cándidas y bacterias que producen infección.
• Estrés crónico: El estrés debilita el sistema inmunológico, dificultando la capacidad del cuerpo para mantener el equilibrio microbiano. Si ya hay un problema de base que no se ha solucionado, una situación de estrés suele llevar a recaídas de infecciones vaginales.
• Alimentación desequilibrada: El consumo excesivo de azúcares y carbohidratos simples puede alimentar a Cándida, favoreciendo su proliferación. Este hongo además desplaza otras bacterias que mantienen el equilibrio bacteriano.
• Problemas intestinales: La salud intestinal está estrechamente conectada con la salud vaginal. Un desequilibrio en el microbioma intestinal puede influir en la recurrencia de infecciones vaginales. Cuando hay una infección por cándidas, su población en intestino es posiblemente también demasiado alta.

Tratamientos convencionales

Los tratamientos médicos convencionales para infecciones vaginales varían según el tipo de infección:

• Para la vaginosis bacteriana: Se recetan antibióticos como el metronidazol o la clindamicina. Estos eliminan las bacterias dañinas, aunque pueden afectar también a las bacterias beneficiosas.
• Para la candidiasis vaginal: Se utilizan antifúngicos en forma de cremas, óvulos vaginales o medicamentos orales como el fluconazol.

Si bien estos tratamientos son efectivos para aliviar los síntomas, muchas mujeres experimentan recurrencias debido a que no se aborda el problema subyacente que causa el desequilibrio. Son medicamentos bastante agresivos y que acaban desequilibrando aún más la población bacteriana natural, tanto en vagina como en intestino.

La relación entre infecciones vaginales y la cándida

La Candida albicans es un hongo que forma parte del microbioma normal de nuestro cuerpo, especialmente en el intestino y la vagina. En condiciones normales, su crecimiento es controlado por bacterias beneficiosas como los lactobacilos. Sin embargo, factores como una dieta alta en azúcares, estrés, uso de antibióticos o un sistema inmunológico debilitado pueden favorecer su proliferación.

La candidiasis vaginal recurrente puede ser una señal de desequilibrio sistémico, a menudo relacionado con:

• Candidiasis intestinal: Este hongo puede migrar desde el intestino hasta la vagina, causando infecciones repetitivas.
• Desequilibrio del microbioma intestinal: Una flora intestinal dañada puede repercutir directamente en la salud vaginal.
• Deficiencias inmunológicas: Cuando el sistema inmunológico no funciona correctamente, la Cándida tiene más posibilidades de crecer sin control.

En este artículo hablamos más en profundidad del hongo Cándida. Incluso tenemos un test que podemos enviarte a tu email, con el que podrás valorar tus niveles de cándidas general.

El tratamiento debe ser holístico

El enfoque holístico se basa en tratar el cuerpo como un todo, restaurando el equilibrio en el organismo para prevenir las infecciones vaginales recurrentes. En esta estrategia deberíamos incluir:

1. Cuidado de la dieta

La alimentación es clave para prevenir el crecimiento excesivo de Cándida. Se recomienda:

• Reducir el consumo de azúcares y carbohidratos refinados.
• Aumentar el consumo de vegetales y fibras para promover un microbioma intestinal saludable.
• Introducir alimentos que pueden ayudar a reforzar la microbiota y restaurar el equilibrio, como los arándanos, aceite de coco, kéfir, jengibre, semillas de calabaza.
  
  

2. Uso de probióticos

Los probióticos, especialmente las cepas de lactobacilos, ayudan a restablecer el equilibrio de la flora vaginal e intestinal. Hay otras levaduras como Saccharomyces Boulardii, que también controlan el crecimiento del hongo cándida.

3. Fortalecimiento del sistema inmunológico

Un sistema inmunológico fuerte es esencial para mantener el equilibrio microbiano. Estrategias como reducir el estrés, dormir lo suficiente y practicar actividad física regular son fundamentales.

4. Evitar irritantes vaginales

Se debe optar por productos de higiene íntima sin fragancias y evitar las duchas vaginales, ya que alteran el pH vaginal.

Evitar tejidos sintéticos en la ropa interior, el uso de tampones y compresas que contienen químicos que desequilibran la microbiota vaginal.

5. Apoyo con suplementos naturales

Desde la perspectiva de la salud holística, algunos suplementos como el extracto de semilla de pomelo, aceites esenciales, y algunos probióticos específicos tienen propiedades antifúngicas naturales que pueden ayudar a controlar el crecimiento de Cándida y otras bacterias patógenas.

6. La importancia de la salud intestinal

La permeabilidad intestinal, una condición en la que tóxicos y bacterias pueden salir con facilidad del intestino, favorece la propagación de cándidas por todo el organismo. Los problemas metabólicos que se producen por este efecto hacen que sea necesaria la recuperación de la salud intestinal para también recuperar el equilibrio bacteriano vaginal.

El Método DRI creado por el Instituto New Detox, es un programa completo de detoxificación y regeneración celular, en el que el tratamiento de cándidas es uno de sus protocolos principales.

En este artículo puedes ver más información sobre cómo es el Método DRI.

Conclusión: el abordaje integral es la clave

Las infecciones vaginales repetitivas pueden indicar desequilibrios profundos en el organismo, especialmente en el microbioma intestinal. Adoptar un enfoque holístico, que integre una alimentación equilibrada, cuidado del microbioma y estrategias para fortalecer el sistema inmunológico, puede marcar la diferencia no solo en la recuperación, sino también en la prevención a largo plazo.

Si experimentas infecciones recurrentes, es importante buscar el apoyo de profesionales que consideren el organismo como un todo. En el Instituto New Detox, promovemos un enfoque integral que no solo trata los síntomas, sino que busca restablecer el equilibrio desde la causa.